A las 22 hs. comenzaba el cierre de un ciclo musical con Teresa Parodi y Bruno Arias; la maestra junto a un talento joven de la música popular. Correntina ella; jujeño él, ambos cantores y compositores.
Comenzaron las canciones y el lugar se llenó de magia. Entre sonido y luces impecables, el diálogo musical y apalabrado de los artistas resonaba en el público que respondía con la risa; la emoción; el canto y por supuesto con el aplauso.
No faltaron canciones de ayer, a las que se sumaron las inéditas. Todo era poesía; de la buena.
El espectáculo se dividió en dos partes y fue en la segunda de ellas que Teresa y Bruno hicieron sus respectivos agradecimientos. Teresa hizo dos dedicatorias: la primera a quienes están al frente de un comedor comunitario con el que colabora, en honor de quienes cantó el comprometido tema de León, El Angel de la Bicicleta.
El final fue todo emoción para varios de los presentes esa noche.
En el diálogo permanente entre los artistas sobre el escenario, Teresa le dice a Bruno que va a contarle la historia de la canción que cantará como cierre. Le relata que la escribió hace un tiempo; "para un amigo; músico de Paraguay que está hoy presente con nosotros" -lo nombra y sigue- "La escuché cantada por Mercedes Sosa, pero no por él todavía. A vos te digo Bruno; yo espero que la cante, eh, a vos te lo digo: estoy esperando que la cante" - remató con sutil ironía-
Y después cantó:
La canción es urgente,
Es un río creciendo,
Una flecha en el aire,
Es amor combatiendo.
Quiero dártela ahora
Que es la hora del
fuego,
Que es la hora del grito
Que es la hora del pueblo
En conocimiento de esta dedicatoria que Teresa adelantara en su disco "Pequeñas Revoluciones", ese amigo; músico paraguayo, efectivamente estaba allí presente junto a Techi, su compañera del alma.
Ricardo Flecha no terminaba de reaccionar por la emoción al escuchar esas palabras y los aplausos del público, incluído un "bravo Ricardo" desde una voz femenina.
Entre los presentes, se encontraba un grupo de artistas de teatro y televisión junto a otro compatriota, Arnaldo André; quien ya había saludado a Ricardo en el intervalo y aplaudía con entusiasmo este reconocimiento de una grande a otro grande; reconocimiento que quedaba en los pliegues de sus dos patrias; de estas dos patrias de tantos!
Gracias Teresa. Gracias Ricardo.
Por esas cosas que no tienen fronteras: La música. El compromiso permanente. La dignidad.
Gladys Torres Alvarez.